Billetera repleta,
patita gorda
de piel blanda y dorada,
luna carnosa.
Overa en bayo claro,
vaquilla echada,
eres del vino tinto
la camarada.
Luciendo tus cachitos
como pezones,
atacas en bandejas
por batallones.
Vienes llena de pino,
cebolla y carne,
con pasas, huevo duro,
y aliño de hambre.
Con el primer mordisco
por una oreja,
se abre tu boca ardiente
como sorpresa.
Te la lleno de pebre
quedas picante
si te beso muy fuerte,
no me reclames.
Busco, loco, en tu vientre,
delicia oscura,
la traición exquisita
de tu aceituna.
Colegiala desnuda,
niña bonita,
si no te hacen al horno
te dejan frita.
Con pino, ave o marisco
queso o cebolla,
piluchita o vestida
con masa de hoja.
Odalisca de campo,
al aire el vientre,
tus amores conmigo
serán tu muerte.
Vino, mordisco y vino,
y otra mascada,
bacanal asesina
que no se acaba.
Y repite el ataque
por andanadas:
Nadie queda con hambre
si hay empanadas.
Copyright © 2006
1 comment:
Déjeme dejarle aquí mismo mis aplausos cibernéticos por su blog y su tan vasta lista de premiaciones. Me tomaré la libertad de incluir algún poema suyo en mi próximo informe sobre Litaratura y Cocina citando, claro está. la fuente y recomendando su blog a nuestros lectores y alumnos de la La Escuela del Chef, de Argentina. También peco de poeta, por lo que lo convido a visitar mi blog cuando guste... www.botondemuestra.blogspot.com
Es cierto, "nadie queda con hambre si hay empanadas..." ¿Ya probó las santiagüeñas? -de Sgo. del Estero, Argentina.- . ¡Gracias por su poesía!
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